Consejos para Refugios de Supervivencia

-Siempre construí lejos de cauces secos o zonas de posible inundación.
– Si estás en una zona con animales peligrosos, levanta el refugio o rodéalo con ramas espinosas.
– Si hace mucho frío, asegúrate de que la entrada sea pequeña para conservar el calor.
– Proba acostarte adentro antes de terminarlo, así sabes si necesitas más espacio o aislamiento.
Usa materiales locales: Construir con ramas, hojas y barro de la zona te ahorra energía y camufla tu refugio.
Eleva el suelo del refugio: Pone una capa gruesa de hojas secas o ramas para aislarte del frío y la humedad.
Cerra bien las paredes: Cuanto más compacto sea tu refugio, menos viento y agua entrará. Asegúrate de tapar los huecos con barro, musgo o más hojas.
Ubicación estratégica: Evita zonas bajas (se inundan) y picos de colinas (mucho viento). Busca un lugar con algo de cobertura natural.
Hace una salida de emergencia: Si construís un refugio grande, deja un espacio discreto para escapar rápido en caso de peligro.
Protege el fuego: Si haces una fogata, construí un pequeño muro de piedras alrededor para que el viento no la apague ni provoque incendios.
Reforzar la entrada: Podes usar una manta térmica o ramas gruesas para cerrarla de noche y evitar el frío o animales curiosos.
Marcá el camino al refugio: Si te alejás para buscar comida o agua, poné señales con piedras o ramas para no perderlo en la noche.

Un buen refugio te puede llegar a salvar la vida, aplica la mayoría de estos consejos para refugios.